El 28 de abril de 2025, España y Portugal se sumieron en la oscuridad. Un apagón masivo dejó sin electricidad a decenas de millones de personas, paralizando aeropuertos, trenes, hospitales y comunicaciones digitales. Lo que comenzó como un «incidente técnico» se convirtió en uno de los mayores colapsos energéticos en la historia reciente de Europa. Pero, ¿fue realmente un simple fallo técnico, o hay factores más profundos –y posiblemente ocultos– detrás de esta crisis? En esta investigación periodística, analizamos documentos oficiales, testimonios de expertos y publicaciones en redes sociales para desentrañar las verdaderas causas, más allá de las versiones edulcoradas del gobierno y las empresas energéticas.La cronología del caos: ¿Qué pasó exactamente?Todo comenzó alrededor de las 12:33 horas del mediodía. La red eléctrica ibérica, interconectada con el resto de Europa, experimentó una «oscilación muy fuerte» que desconectó a España y Portugal del sistema continental. Aeropuertos como el de Madrid-Barajas se paralizaron, los trenes de alta velocidad se detuvieron en seco y los hospitales recurrieron a generadores de emergencia. El impacto en las comunicaciones fue devastador: proveedores como Cloudflare reportaron caídas en el tráfico de internet debido a la pérdida de infraestructura de red. En X (antes Twitter), usuarios reportaron interrupciones masivas en servicios de telefonía y datos móviles, convirtiendo el apagón eléctrico en un «blackout» total de conexión.El restablecimiento fue lento y caótico. Horas después, el operador de la red española, Red Eléctrica de España (REE), anunció que el 80% del suministro se había recuperado, pero regiones como Cataluña y Andalucía tardaron más de 24 horas en normalizarse. Al menos ocho muertes se atribuyeron indirectamente al incidente, relacionadas con incendios por velas o intoxicaciones por generadores. ¿Casualidad o negligencia sistémica?Las explicaciones oficiales: Un desequilibrio técnico y la dependencia de renovablesSegún REE y el gobierno español, el apagón se originó en un «desequilibrio brusco entre generación y demanda», agravado por dos incidentes sucesivos en líneas de alta tensión. Expertos como Eduardo Prieto, director de operaciones de REE, apuntaron a una «oscilación en la red» que desconectó la península ibérica del resto de Europa. Pero profundizando, surge un factor clave: la baja inercia del sistema debido a la alta penetración de energías renovables.En ese momento, España generaba más del 65% de su electricidad a partir de solar y eólica, fuentes variables que no proporcionan la «inercia sincrónica» de las plantas tradicionales (como gas o nuclear). Esta inercia actúa como un amortiguador ante fluctuaciones; sin ella, un fallo menor –como la desconexión con Francia por una línea defectuosa– puede escalar rápidamente. Un informe de REE confirmó que no había suficientes plantas térmicas en operación para estabilizar la red, ya que se priorizó la integración de renovables para maximizar la producción «verde».Además, el calor extremo en Francia e Italia aumentó las exportaciones de energía desde España, sobrecargando las interconexiones. Fuentes como la BBC y CNN descartaron inicialmente un ciberataque, atribuyéndolo a fallos técnicos y variaciones en la generación. Sin embargo, un análisis posterior en junio reveló que REE no tenía suficientes reservas de inercia, lo que exacerbó el colapso.Las sombras del incidente: ¿Ciberataque, sabotaje o fenómeno atmosférico?A pesar de las negaciones oficiales, persisten dudas. En X, expertos como Damien Ernst, profesor de la Universidad de Lieja, describieron un escenario «muy aterrador»: la pérdida de conexión con Francia generó un exceso de potencia en España, acelerando los generadores restantes hasta su límite, lo que los desconectó. Otros, como el analista Alexander Stahel, señalaron una «vibración atmosférica inducida» por fluctuaciones térmicas extremas, posiblemente agravada por el cambio climático.Pero hay teorías más oscuras. Publicaciones en X y foros independientes especulan sobre un ciberataque: un malware en sistemas SCADA de subestaciones como la de Elorrio, cerca de Bilbao, podría haber sobrecargado transformadores. Aunque REE lo descartó en junio, un comité de investigación mencionó «instalaciones ajenas» posiblemente hackeadas. Fuentes como Yahoo y Le Grand Continent no descartaron sabotaje o error humano.Conspiracionistas en X, como cuentas asociadas a QFS y UltraMAGA, hablan de un «ataque deliberado» con EMP o sabotaje interno, como prueba para un colapso mayor en EE.UU. Aunque estas afirmaciones carecen de evidencia sólida, destacan vulnerabilidades reales: la dependencia de renovables sin backups adecuados y la interconexión europea, que amplifica fallos.Consecuencias y lecciones ignoradas: ¿Estamos preparados para el próximo?El apagón costó millones en pérdidas económicas y expuso fragilidades en la transición energética. Expertos como Mark Nelson critican la «falta de mantenimiento» y la ausencia de reservas hidráulicas estables. Un informe de Inteligenia advierte de efectos en países vecinos por interconexiones. El gobierno español formó una comisión especial, pero críticos como Steve Milloy acusan a las renovables de ser el «verdadero culpable».En resumen, las «verdaderas razones» apuntan a una combinación letal: alta dependencia de renovables variables, baja inercia, sobrecarga en interconexiones y posibles fallos técnicos no revelados del todo. Si no se abordan estas vulnerabilidades, el próximo apagón podría ser peor. ¿Fue un aviso o un ensayo? La investigación continúa, pero la transparencia brilla por su ausencia. Navegación de entradas España responde con inteligencia a las tarifas: así lo hizo